Las ocho directrices del entusiasmo, haciendo milagros con los problemas
Pruebe estas ocho directrices seguras, y compruébelo usted mismo.
1.- No se deje dominar por el pánico. Conserve la calma. Piense con la cabeza. Va a necesitar de todo su ingenio.
2.- No se sienta abrumado por su problema. No lo dramatice en exceso. Dígase con confianza: "Dios y yo podemos manejarlo".
3.- Huya de la confusión. Generalmente la confusión suele envolver a un problema. Tenga, pues, ideas claras. Coja papel y lápiz, y escriba todos los elementos del problema.
4.- No se entretenga con autopsias inútiles. No empiece a decir: ¿Por qué hice esto? ¿Por qué hice aquello? Tome el problema tal cual está ahora.
5.- Busqué una solución, no de todo el problema, sino del siguiente paso. Un paso lleva a otro, y a otro, hasta la solución completa. Conténtese con dar el paso siguiente.
6.- Practique el escuchar de modo positivo.
7.- Pregúntese siempre a sí mismo qué será lo más adecuado en una situación dada. Si no es eso lo que usted hace, entonces lo está haciendo mal. Y lo que está mal, jamás resultó bien. Por tanto, haga lo adecuado y todo irá bien.
8.- Siga rezando. Siga pensando. Siga creyendo. Y conserve el entusiasmo, puesto que obra milagros con los problemas.
Imagen obtenida de: http://conexionpermanente.com/
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